15 enero, 2016

Bowie, y todas sus caras, adiós a todos

Es curioso lo que ocurre con David Bowie, pues es un artista relativamente conocido por su nombre, a la misma vez que relativamente desconocido por lo que hacía.

Me explico: lo mismo te encuentras gente joven que ni sabe quién es o cree que fue un friki de esos de los 80, que te encuentras otros que lo veneran enormemente. Lo mismo te crees que hay gente mayor que no debería ni conocerlo, pero a la que curiosamente a pesar de no saber exactamente a qué se dedicaba, le sonaba ese nombre con soniquete y cierta rima "Deivi Bogüi", como si fuera algún personaje de película o incluso un osito de dibujos animados.

Es curioso, pues David Bowie estaba ya ahí antes que muchos otros genios que vinieron después, estaba ahí ya en los 70, y en los 80, forjando una leyenda, ya sea como rockero, como ídolo del glam, como probador de las primeras electrónicas, a veces psicodélico, y otras popero empedernido, como sorprendente blanco que hace soul o como viejo mito de música de calidad. Él seguía ahí cambiando de peinado una y otra vez, camaleónico no sólo en su aspecto sino en su música, sino en su polifacetismo, en sus películas o sus negocios, él seguía ahí mientras desaparecían los Elvis y los Beatles, mientras llegaban a la cumbre los Rolling o los U2, mientras aparecían Michael Jackson y Prince, mientras llegaban incluso los nuevos Red Hot o Coldplay, envejeciendo poco a poco pero mostrándose cada vez más como pura historia de la música moderna.



Como grandes creaciones nos deja la impresionante "Heroes", himno donde los haya de los 70, con su gran trabajo de guitarra, que casi roza los 40 años; aquella "Changes" que se hizo famosa recientemente por un anuncio de la tele, de aquellos que hablan de lo bonito que es vivir; la mágica "Under Pressure" que regaló a Queen y que ambos nos regalaron a todos en los 80; el megaéxito y plurinúmero 1 y clasicazo de los 80 "Let's Dance"; la muy glam y declaración de intenciones "Rebel rebel"; la fabulosa "Ziggy Stardust" hecha por uno de sus 'alter ego' que tanto dio pie a su imagen de personaje extraño y cambiante, a veces andrógino, otras bisexual, pero siempre genial; o la reciente "Lazarus" con la que se despedía ya de la música en 2015, quizá esperando resucitar, quién sabe....

Bowie se murió con 69 años nada más, y casi 30 discos de estudio a cuestas, y quizá es de esos primeros artistas que mueren y que los nacidos en los 80 conocimos de joven (estoy seguro de que recuerdo a Bowie con poco más de 40, joven y lozano, pujante y en la cresta de la ola, cuando era de los más grandes y los más conocidos, cuando estaba en la flor de la vida, cuando era imposible pensar en que algún día lo veríamos viejo, y que se iría para siempre). Es cierto que se lo llevó un cáncer, pero también que tenía una edad y un aspecto que hacía pensar en que tampoco debía quedarle mucho, pues vivió rápido, claro que sí, como muchos artistas, y por eso incluso podríamos hablar de que fue longevo para la profesión que tenía.

En fin, David se fue, como pronto se irán otros grandes como Dylan, McCartney o Clapton como ya se fueron casi todos los héroes del jazz, como otros genios recientes que fueron los Lou Reed o Cocker, y siempre nos quedará su música, que una y otra vez nos estará esperando, para volver a hacernos soñar...

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