06 mayo, 2015

Muchos ya no vienen por hambre

Otra tragedia, otros cientos de muertos en patera, en cayuco, en barcaza de recreo, negros del sur, gente que vale menos en los telediarios, que en la balanza queda estable frente a 3 montañeros españoles fallecidos en el Tíbet. Hambre se dice, países donde no tienen futuro, donde los dictadores camparon a sus anchas llevándose hasta las pegatinas, hasta la más mínima gota o ápice de riqueza, que aún les queda, la de sus gentes, la de su cultura, la de miles de años de generación en generación...

Hambre, pensamos que es, pero muchos vienen con zapatillas de deporte, alguno incluso con móvil, muchos con ropas que tiramos nosotros a los contenedores de recogida, ropa nuestra que tiene varios usos más en el Sur, donde viven ellos, pero ya no es por hambre por lo que vienen, pese a que nos quieren hacer creer los telediarios. Sí, se pasa hambre, pero los que no tienen para comer tampoco lo tienen para pagar las elevadas sumas a las mafias. ¿Por qué vienen tantos entonces?

Pues sin duda echando un vistazo a sus países tendremos la solución: nosotros les vendemos armas a mantas a sus gobernantes, a las otras facciones que luchan para derrocarlos, y creamos guerras, para luego una vez destruidos mandarles ayuda humanitaria que al final cobramos con creces cuando nos quedamos con su riqueza. Muchos ya no vienen por hambre, vienen para huir de la guerra, son refugiados, son personas cuya patria ha desaparecido, escamoteada por los ricos que viven en el pobre Sur, los ricos sin escrúpulos que se hicieron ricos a costa de los demás y bajo el paraguas nuestro, de España, una de las culpables de lo malo que pasa en África, no lo olvidemos nunca.



Si luego vienen, ¿cómo no vamos a darles comida y agua?, una manta, ayuda para salir adelante, cuidados médicos, incluso un permiso de trabajo... si vienen para huir del horror, para intentar sacar a sus familias de esas guerras enquistadas, de esos lugares más peligrosos que Ciudad Juárez, del África minada y bombeada, de la que fue tierra de exploradores, que al final fueron expoliadores, cuando ya la sociedad civilizada había madurado y comprendido que no se podía ser así, supuestamente...

Hoy, muchos tienen hambre, pero muchos de los que vienen, ya no vienen por hambre, es todavía peor: vienen porque en su casa no les permiten estar, y por eso son refugiados, expatriados, exiliados, como el Snowden, el Salman Rushdie, el Antonio Machado... pero por desgracia para ellos, de segunda...

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