09 diciembre, 2013

La pantomima carcelaria de la reinserción, para dummies

Lo hemos visto en muchas películas americanas, e incluso nos han hablado de ello muchas veces cuando alguna condena finalizaba en España. La rehabilitación de los presos, esa supuesta decisión objetiva que toma un pequeño tribunal de psicólogos y "sabios" que define si una persona es apta para reinsertarse en la sociedad, si está arrepentido, rehabilitado o si no lo volvería a hacer.

En Estados Unidos es habitual que cada cierto tiempo, el tribunal de psicólogos o criminólogos se entreviste con el encarcelado con vistas a proponer una posible reducción de condena o mantener todo como estaba, en función de si se le ve arrepentido, de si su sentimiento es sincero y de si parece que cada vez está más dispuesto a reinsertarse de forma efectiva en la sociedad.

En España seguramente es bastante más sencillo "dar el pego" de que estás arrepentido, todos lo dicen, pero claro, a pesar de ello caemos en la trampa. Lógicamente el aparato de análisis psicológico es parecido al que hay en otros países, así que en principio deberíamos pensar que funciona.

Bien, luego llega un criminal que asesinó a una chica hace justo 20 años, y en el momento de salir de la cárcel tras la derogación de la doctrina Parot dice lo siguiente: "eso de reinsertar está en la conciencia de cada persona, todo esto de terapias psicológicas, el criminólogo... eso no sirve para nada, si yo quiero ser malo, voy a ser malo, y si quiero ser bueno, voy a ser bueno". Bocado de realidad, tortazo en los morros a los psicólogos, a los legisladores, cañonazo en la línea de flotación de la pantomima de sistema que tenemos, en el que al que asesina a 20 personas se le saca de la cárcel a los 20 años, en el que robar una gallina te lleva 2 años a la cárcel (si robaste otra hace 10 años), y en el que robar 10 millones de euros y pagar 5 millones de fianza te permite salir de rositas...

Es algo que todos pensamos pero que no nos atrevemos a decir. ¿Y si uno se hace el inocente y la buena persona durante unos años, y en cuanto salga de la cárcel vuelve a delinquir? ¿Pueden los psicólogos detectarlo? Puede que en 1 de cada 1000 casos lo detecten, pero poquito, poquito más... De hecho este hombre lo acaba de decir.

Por tanto, ¿qué extraemos de las declaraciones de Miguel Muñoz, asesino de Anabel Segura? Pues que si quiere volver a matar lo hará y punto, y si no, pues vivirá el resto de sus días como "buena persona", tan fácil.

Ante esto, nuestro pantomimo-sistema no puede hacer nada, y por tanto, los cientos de prisioneros que van a salir de la cárcel por la anulación de la doctrina Parot, probablemente van a dar lugar a más de un delito. Son tantos, que con sólo 1 garbanzo negro en la olla ya daría lugar a eso, a un nuevo asesinato, violación, atentado... Y no podemos hacer nada. ¿Nada? Quizá haberlos tenido ahí para siempre... O quizá haberlos reinsertado de verdad.

Lo que está claro es que ni una sesión de "buenismo" sólo propia de la Naranja Mecánica podría lavar el cerebro a un preso para que sea bueno. ¿Es que eso es lo que se pretende en la cárcel? ¿Lavarle el cerebro a una mala persona y que se vuelva buena? Jaja, me río, eso es imposible, el que es malo lo será toda su vida, a los hechos me remito, y a los hechos se puede remitir cualquiera que me lea.

Otra cosa es el que mató por error, al que se le fue una "broma" de las manos (como pasó con Anabel Segura, por cierto). Ahora, el que planea durante años un atentado y lo ejecuta, ese debería pasar el resto de su vida en la cárcel, porque de error nada, esa persona es mala y siempre lo será.

En fin, ¡bienvenidos todos a la sociedad, rehabilitados de la doctrina Parot, os deseo lo mejor, y al garbanzo negro, que se pudra en el fondo de la olla!

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