13 febrero, 2010

Farmacia de Guardia, 15 años después

(Antes de ver "La Última Guardia")

Algunas veces uno le debe algo a su yo de hace 14 años, y lo que debe hacer es pagarlo sin rechistar, ya está. Si cuando acabó la serie en diciembre de 1995, me hubieran dicho que podía viajar al futuro, a 2010, para ver qué habría sido de los personajes de Farmacia de Guardia, así como de los actores, probablemente habría pagado por ello. Una de las ventajas que tiene el paso del tiempo, es que la vida, poco a poco, te va haciendo viajar al futuro. Eso sí, sólo puedes estar 1 vez en cada futuro, porque el tiempo sigue pasando y pasando...

Esta noche tengo la posibilidad de "estar en el futuro". He tenido que esperar casi 15 años, es cierto, pero ya estoy aquí, y como probablemente a ese niño le hubiera gustado ver el "qué ha pasado con...", pues ahora simplemente "pago" religiosamente. Esta noche veré ese telefilme que sirve como capítulo número 170 de Farmacia de Guardia, la serie de televisión más vista de la historia en España, y la que inicio una floreciente época para las privadas españolas, las series y los actores nacionales.

Farmacia de Guardia duró 4 años, en una época en la que las series de éxito todavía no eran alargadas "artificialmente" para seguir chupando de las audiencias. Fue la número 1 de su época (luego le siguieron Médico de Familia o Cuéntame cómo pasó, por ejemplo), y su récord de casi 14 millones de espectadores en el último capítulo sólo fue superado por la final de Operación Triunfo 1. Personalmente, me gustaba la serie, con ese humor bastante rídiculo, con actores entrañables, y me sentía bastante identificado con un personaje: Guille (pelirrojo como yo, más o menos de mi edad, un poco travieso...). Eso es importante para implicarse en una serie, el sentir que "tú eres uno de ellos".

Grandes actores y profesionales participaron en cada uno de los capítulos, desarrollados siempre en el mismo decorado de la farmacia, con la "rebotica" como principal motor de la acción. Cada jueves por la noche, escuchábamos esas notas de la sintonía, acompañadas por fotografías de productos antiguos, y acabando con la imagen de la fachada de la Farmacia del "Ldo E.Cano". ¿Cumplirá mis expectativas? Pues no lo sé, es evidente que veré a los personajes más viejos, que yo seré más viejo, y que quizá Antonio Mercero no lo ha supervisado lo suficiente. No sé, pero simplemente me lo debía y esta noche pago...



Cuando vuelva a sonar la sintonía quizá hasta me emocione, quién sabe. Estaré "en el futuro", recordaré que estuve "en el pasado" y sentiré por un momento que el tiempo no se nos ha escapado a todos de esta forma tan vertiginosa de entre los dedos. Todo ha cambiado mucho, y hay que volver la cabeza para ver cualquier tiempo pasado. Os contaré qué tal...

(Una vez vista "La Última Guardia")

Lo primero que hice fue alegrarme al ver que Eduardo Ladrón de Guevara e Ignacio Moral volvieran a hacer el guión, y decepcionarme un poco por la no participación de la actriz Eva Isanta (la famosa Bea de "Aquí no hay quien viva") haciendo de hija de Concha Cuetos. Es evidente que la vida ha cambiado, y la calidad de las imágenes también. Es obvio también que uno no puede esperar que la cosa sea como un capítulo, ya que se trata de una película (por eso se entiende que hubiera más localizaciones). La sintonía emociona como ya pensaba...

La decepción era demasiado probable, aunque ese cariño a todos los personajes que van saliendo, la evita. El carisma de Pedro Larrañaga es indudable, y por sí solo consigue que merezca la pena esta "vuelta al pasado en el futuro". Lo importante, lo de menos, era la historia, que no estoy aquí ahora para criticar, habrá tiempo (obviamente las hienas comentaristas televisivas que tenemos en España la descuartizarán). Todos hemos cambiado. El tiempo pasado, tan feliz, no volverá; pero seguro que habrá muchos tiempos felices futuros. Simplemente así fue, ahora me lo puedo decir a mi mismo: así será, así es, el futuro...

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