10 octubre, 2009

La ironía de ser la mejor o la peor

Esta sólo es una pequeña reflexión, filosófica además, pero tranquilos, volveré con las largas entradas de costumbre próximamente.

Ser "la mejor peluquera del mundo" lleva consigo una enorme ironía o paradoja, tan cruda como la vida misma: nunca vas a poder ser "la persona con el pelo mejor arreglado del mundo". (Se entiende que tú no te puedes arreglar a ti misma, así que como mucho te podrá arreglar la "número 2 del mundo").

Por otro lado, por el contrario, encontramos otra paradoja, en este caso más optimista.

Si eres "la peor peluquera del mundo", enhorabuena, nunca vas a ser "la persona con el pelo peor arreglado del mundo". (Se entendería que el pelo te lo arreglaría como mucho la "segunda peor del mundo", así que las que estarían peor que tú serían tus propias clientas).

En fin, esta "ley filosófica" o paradoja de "no se sabe quién", probablemente haya sido descrita antes que yo por algún iluminado, del tipo Herodoto, Locke, Praxíteles, Ortega, Marx, Gasset, Zubiri, etc..., dando lugar a ríos de tinta (lo de separar a Ortega y Gasset es de broma). Pero bueno, supongo que si yo invento algo que ya estaba inventado, pero que yo no sabía que lo estaba, se considera también un invento, así que hala, la reflexión es mía, ya le daré algún nombre chulo.

Podríamos decir como conclusión (evidentemente sobre esto se pueden escribir ensayos y ensayos de 100 páginas, claro, pero lo dejo para otra vez) que esto tiene que ver con los egos, y con lo de "no se puede tener todo en la vida". En el caso de nuestra "número 1 de las peluqueras", sí, es la mejor, estará contenta por ello, se creerá una diosa; pero nunca va a poder ser la mejor en algo, y eso puede llevarla a la locura. En el caso de "la peor del mundo", quizá esté triste por ello, quizá piense en el suicidio, quizá llore todas las noches con su almohada; pero una pequeña luz de esperanza se abre ante ella, porque nunca va a poder ser la peor en algo, y eso le mantendrá al menos la ilusión por vivir.

P.C.: Añadiré que esta ley se cumple para ciertas tareas o trabajos que una persona hace a los demás, y que es más difícil hacerse a sí mismo, por ejemplo: tatuar, peinar, rascar la espalda, operar del corazón, portear en el ballet, hacer la manicura, sacar una muela, poner una inyección, dar de comer, etc...

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